Colombófilos.
En Uruguay, la disciplina reúne 150 aficionados amateurs. En países como Bélgica es deporte nacional y son más de 100 mil
los profesionales en actividad.
Palomas
que no se equivocan
Para los cultores de la colombofilia los versos de Alberti
no corren. Ellas siempre llegan al destinatario correcto.
CESAR BIANCHI
El papá de Gustavo García llegaba a su casa con frecuencia
con alguna paloma "criolla" herida que encontraba en las inmediaciones del puerto de Montevideo, y que levantaba para curar.
El niño prefería ignorar esas actitudes solidarias de su progenitor y estar con los otros chicos jugando al fútbol. Eso fue
por poco tiempo porque a los 9 años todos los integrantes de la barrita tenían "algún bicho" y ahí se decidió por la paloma.
Hoy el presidente de la Federación Colombófila del Uruguay
(FCU) tiene 38 años y reivindica la colombofilia como recuperadora de la institución familia: "es un deporte familiar, hoy
que la familia está desperdigada por el trabajo, los problemas económicos y el stress. Sirve incluso para sacar a los chicos
de lo que es la calle o los vicios".
Pablo Picasso la inmortalizó como emblema de la paz, reeditando
así lo que ya daba cuenta el Antiguo Testamento. Mucho tiempo antes los antiguos egipcios se enviaban mensajes por intermedio
de la paloma, los persas organizaron un sistema de postas con ellas, y bastante tiempo antes había sido la mensajera de Noé
para advertirle a éste que el fin del diluvio universal había llegado. Apenas atravesado el umbral del siglo XXI, este ave
compite en carreras alrededor de apuestas millonarias, y contribuye a trasladar exámenes de sangre de un laboratorio a otro
en ciudades europeas congestionadas como Madrid o Milán.
En Uruguay el fenómeno de la colombofilia ("amor a la paloma"
en griego) reúne a 150 aficionados amateurs. Los clubes Chasque, Dr. Manuel Quintela, Cristobal Colón, y Alas del Este de
Montevideo, las sociedades colombófilas de Salto y de Carmelo, asociados a la Federación, y la escindida de la FCU, sociedad
"La Valiente Mensajera", congregan a estos apasionados por la fidelidad de la paloma.
FUROR. En Bélgica es deporte nacional, donde 100 mil colombófilos continúan generaciones de más
de dos siglos. En 1830 un belga llamado Ullens cruzó líneas consanguíneas de palomas de distintos puntos del país y obtuvo
el "vigor híbrido", el más alto standard para competir en carreras. Dice Eduardo Rodríguez (55) de la sociedad Manuel Quintela,
que ese fue "el gran arranque de la colombofilia".
En Holanda hay 65 mil aficionados, 80 mil en Alemania,
Gran Bretaña suma 130 mil amantes de la paloma, y China Comunista 350 mil. Como pauta de la magnitud del deporte en el Viejo
Continente, vale decir que el propietario de palomas campeón del mundo, el belga Jos Thoné, llegó a obtener tres millones
de dólares entre apuestas y ventas en un torneo.
En Uruguay la disciplina se practica de modo no profesional
aunque los dueños de las deportistas, son conscientes de que deben dedicarle más tiempo a la actividad. Todos los colombófilos
uruguayos lo toman como un complemento de su trabajo remunerado, sin embargo nuestro país es vice-campeón del mundo en colombofilia.
"Es como lo de (Milton) Wynants, vice-campeón olímpico: increíble, una hazaña más", opina García.
Las palomas que están en el país con criadores orientales
tienen sangre de sus ancestros belgas. A instancias de Rodríguez, quien en Europa se hizo de palomas de origen belga con las
mejores cualidades genéticas, sus aficionados compatriotas trabajaron la consanguinidad en busca del mentado vigor híbrido.
Para Hugo Borrelli (49), vice-presidente de la FCU --quien
hace 37 años cria palomas de carrera--"la bicha es un atleta" y por tanto es preciso medicarla, que entrene con horas de vuelo
controladas, que ingiera alimentos balanceados con maíz, trigo, sorgo, y arveja, para su óptimo estado sanitario. El adiestramiento
de la misma requiere minutos de vuelo que van in crescendo conforme el ave va adquiriendo cierta madurez, se lo llevará a
los distintos puntos cardinales para fomentar su orientación, y con las horas de vuelo desarrollará la musculatura.
Una cosa es menester para desmitificar la creencia del
imaginario colectivo: las palomas de carrera no se dirigen hacia ningún destino que no conocen bajo las órdenes de su amo,
sino que su habilidad consiste en regresar al nidal de su palomar desde otro punto, según explicó Juan Piquerez (39), competidor
por Alas del Este y veterinario. "El otro día agarré unos pichones que nunca habían salido de casa y nunca habían volado más
de cuatro minutos, los largué a 30 kilómetros de distancia y volvieron sin problemas", agregó.
El instinto y la capacidad de orientación son sus mayores
virtudes. Entre la raza de las mensajeras, hay quienes vuelan cortas distancias y aquellas que están preparadas para el derby
que se corre a fines de octubre desde Bella Unión a Montevideo, o incluso desde Porto Alegre o Córdoba, las mayores distancias
en el circuito donde compiten las uruguayas.
Las palomas son incentivadas muchas veces para volar en
torneos. Por ejemplo, suelen sacarle la hembra al "atleta" macho un par de días antes y colocarla nuevamente en la canasta
horas antes de la salida, o bien minutos antes de la largada ponen a otro macho junto a su pareja e intentan que el competidor
lo vea. "Son técnicas para lograr que vuele más rápido. Te aseguro que se mueren por volver a su nidal", sostiene Guillermo
Cavallo (38), integrante de Chasque y secretario de la FCU. Borrelli, por su parte, asegura que son monógamas.
A la hora de volar es tan importante el factor genético
como la sanidad de las palomas "mensajeras", es decir que si es de "buena calidad" genética pero no está entrenada, no tendrá
éxito, y si tiene problemas cardio-respiratorios tampoco le irá bien.
ENTRENAMIENTO. A la "columba" de raza se le coloca un anillo de aluminio a la semana de haber
nacido, no más tarde porque el elemento con un número identificatorio no le atraviesa el nudo central de la pata. En la sociedad
donde se encanasta previo a la competencia, se le coloca un segundo anillo de goma con un número dentro, para su constatación
a posteriori de la llegada al palomar.
Se mide la distancia exacta entre el lugar de la largada
hasta cada uno de los palomares de su dueño por medidor satelital GPS, se registra el tiempo por relojes especiales y calculando
la distancia sobre el tiempo que le tomó al ave arribar a destino, se conoce la velocidad de la misma. Las palomas son enviadas
hasta el lugar de partida por camiones de carga o agencias de viaje contratadas.
Por teléfonos celulares se controla la salida si las condiciones
climáticas lo permiten. A la hora dada, la canasta es abierta y las contrincantes parten raudas hacia el nidal de cada una.
Al medir con GPS se tiene en cuenta la distancia entre un palomar (generalmente la casa del colombófilo) y otro.
Es imposible para la paloma volar con neblina, sin embargo
no tiene dificultad en atravesar o eludir lluvias o tormentas siempre que ya haya largado y esté orientada. "Es importante
que no esté lloviendo en el momento de la largada y por supuesto que no haya neblina", comentó Mauro Necchi (43), presidente
de la sociedad Alas del Este.
PASION. Julio Cúneo tiene 74 años, y al cumplir la mayoría de edad se asoció al club Manuel Quintela.
Desde entonces ha competido todos los años ininterrumpidamente, y dice que es de los que empieza y termina la competencia
de abril a noviembre en las categorías pichones, mixta, y fondo (más de 450 kilómetros de distancia). "En mi familia eran
todos muy bicheros, y de chiquito me dieron una canasta y un casal y empecé a intercambiar con amigos algún pichoncito", confiesa.
Ha tenido perros, caballos, cotorras, patos y conejos,
pero ninguna especie animal es más "noble" que la paloma, según él. "Con el cariño que uno les tiene a veces no hay más remedio
que matarlas, si no sirve para competir. Ahora, una mala competidora, hija de buenos padres, puede dar muy buenos hijos, mejores
que las buenas competidoras", comenta Cúneo.
Los colombófilos se reúnen para hablar de palomas y su
apasionamiento se evidencia en las discusiones acaloradas que mantienen, tal cual puede dar fe El País en su visita. Juan
Piquerez bromea con que hay un "gen colombófilo" que los aúna: "pasaríamos varias horas del día observándolas. Si no lo hacemos
es porque todos trabajamos". Cavallo aventura que lo que los apasiona de la paloma es "el garbo y la elegancia que tiene,
así como el amor que tiene por su dueño y por su palomar. Hace igual mil kilómetros y al otro día te espera para saludarte
como si nada, agradecida", añadió.
Palomas
premiadas
Uruguay se ha consagrado vice-campeón mundial en competencia
de carreras de palomas "mensajeras" consecutivamente en 1998 y 1999. Según los aficionados consultados, en el certamen de
1999 realizado en Portugal que vio campeón a los españoles, "fuimos estafados". Un millar de columbas volaron un trayecto
de 565 kilómetros a la luz del día, y se había tomado en primera instancia un tope de consideración a las primeras 50 que
arribaran al palomar asignado.
Dos palomas entraron juntas y antes que todas: una española
y una uruguaya. La primera ingresó primero por la gatera electrónica. Ahora bien, los uruguayos habían enviado 16 palomas
para competir, ocho de las cuales estaban efectivamente entre las primeras 50, mientras que España tenía solo cuatro clasificadas
en el primer medio centenar de palomas. Si bien España ganó en buena ley el primer premio por la categoría individual (ya
que la uruguaya llegó milésimas de segundos después), es muy discutible el criterio escogido después de establecidos los términos
para la elección del ganador en lo colectivo.
"Llegó el presidente de la Federación Colombófila Internacional
(FCI), partió el marcador a la mitad y solo consideró las primeras 25, no las primeras 50. Ahí empatamos con España, ya que
los dos teníamos cuatro palomas en las primeras 25, sumado a que la española había entrado primero", narró el colombófilo
Eduardo Rodríguez. Cabe señalar que el presidente de la FCI era de nacionalidad española.
Especies
que hacen la "carrera militar"
El Palomar Militar fue fundado el 14 de febrero de 1913
en el predio del entonces Batallón de Ingenieros N° 5. Allí se ubicaba el palomar central con 300 palomas mensajeras. Entrenaban
palomas mediante sueltas de distancia para asegurar el mantenimiento del enlace entre los palomares entre sí y el central
"para el caso de ser necesario su utilización con fines de comunicación", según una reseña histórica del Palomar Militar.
A partir de 1922 con la fundación de la primera sociedad
colombófila Dr. Manuel Quintela, el palomar comienza a desarrollar actividad de apoyo a la colombofilia nacional. En 1943
se sancionó el decreto ley 10.309 referente a la colombofilia en el territorio nacional, donde dice que las mismas están bajo
exclusiva dependencia del Ministerio de Defensa.
Dos años más tarde se reglamenta el mismo con el decreto
5829 estabelciéndose además, el fin de fomentar la creación de sociedades civiles y una federación nacional que las aglutine.
En el año 1999 y mediante el decreto 375/998 se declara autoridad competente al Batallón de Comunicaciones N° 1.
"Toda persona que tenga palomas de carrera tiene que registrarse
aquí y dar cuenta de cantidad y calidad de palomas, y anualmente comunicar las altas y bajas", dijo el Coronel Miguel Vanacore,
responsable del Batallón de Comunicaciones N° 1. Las palomas que crían las FFAA se utilizan para sueltas en actos de instituciones
públicas y privadas. Actualmente hay 133 palomas mensajeras a cargo del Capitán Níver Arrigón, jefe del Palomar Militar.
Las aves que crían, participan en las competencias nacionales
con las sociedades colombófilas privadas. El entrenamiento se realiza luego del 15 de abril (porque son susceptibles a la
temperatura): a las 6 de la mañana se las saca fuera del palomar para que vuelen por espacio de 45 minutos, y cuando el cabo
se corre, dejándolas entrar, ellas obedecen.
"Nosotros intercambiamos machos y hembras con los colombófilos
para poder cruzarlas", dijo Arrigón, quien señaló la fecha del 18 de mayo como la más propicia para la suelta de palomas.